«Entre el 16 y el 18 de septiembre de 2011, llegamos a la Fundación Escuela de Solidaridad,
en Sierra Elvira, Granada, un grupo de personas procedentes en su
mayoría de Madrid, nos interconectamos en la casa 7, la de invitados,
con otras gentes que ya estaban allí de Toledo y algunos voluntarios
para vivir un fin de semana diferente, en el que dimos rienda suelta a
nuestros corazones para que pudieran experimentar y vivir emociones
libremente.
Todos y cada uno,
de nosotros, fuimos protagonistas de una historia que se quedo grabada
en nuestros corazones, algo pasa, algo te toca el alma, cuando cruzas
las puertas de la fundación, y cuando limpias platos o ayudas a hacer
pan, pintas carteles, plantas semillas o recoges los productos de la
huerta, es igual la actividad que hagas por que lo que realmente te
fascina, te envuelve y te atrapa en FES, es el respeto y el cariño que
reina en el ambiente, la entrega de personas como Carina, Cristina,
Isabel, Mirta, Pablo, Raúl o Sebas y el carisma de Ignacio, la alegría
de los niños y sobre todo la sensación de que todos somos iguales, pero
maravillosamente diferentes.
Allí estuvimos, Carmen y Miguel,
que vinieron desde Hervas (Cáceres) Paco y Sagrario, que llegaron a
pesar de que problemas familiares les retrasaron, Madhya_Soco, que llego
la primera y se fue la última, Marisa, que se dejo un trocito de su
corazón y que nunca mas lo recuperará, Ignacio Acero, que estaba … sin
estar, Eva y Sofía, su hija de 8 años, que nos enamoro a todos, Juanjo
que se dejo sorprender y a Mila, que no dejo en ningún momento de
participar y muy particularmente a Julio Gisbert, autor del libro
“Vivir, sin empleo” que nos dio una clase magistral sobre monedas
solidarias, bancos del tiempo, trueque y todo tipo de alternativas al
sistema.
Gracias a Julio, estamos preparando la cartilla
solidaria de FES, que te presentaremos en breve, para que las ayudas o
donativos que se entreguen a la fundación, empiecen a generar riqueza.
Gracias a todos, a los que fueron y a los que no pudieron ir aunque lo
deseaban de corazón, a los que nos recibieron en Sierra Elvira y en
Moclín, con una impresiónate paella, a la churrera de Atarfe, que en 20
minutos, hizo churros para mas de 60 personas, a Azucena y a María de
Madrid, por contagiarnos su entusiasmo y su entrega a la fundación, a
Carlos el hermano de Ignacio, que preparo una velada flamenca para la
noche del sábado que nos dejo la sensibilidad a flor de piel y que acabo
en un encuentro internacional donde argentinos, turcos y españoles
honramos el saber de nuestros ancestros.
Gracias a todos y cada
uno de seres que ayudaron a co_crear este espacio irrepetible en el
tiempo y si falta algún nombre, que no se enfade que se me perdio en el
corazón y todavía lo estoy buscando.»
Concha Sanz.